ENLACES DE INTERÉS
Cada día intentamos inculcar a nuestros hijos todo tipo de costumbres y buenos hábitos, como lavarse los dientes o lavarse las manos antes de comer. Dentro de esos hábitos no debemos de olvidar su hidratación, especialmente importante en la infancia, algo que ya hemos señalado en otras entradas de este blog.
El agua y la leche son bebidas fundamentales en la niñez y en la adolescencia, yendo desde los 0,6L de agua en su primer año de vida hasta los 2,5 en etapas posteriores de su infancia. El papel de los padres para la correcta hidratación es indispensable sobretodo en bebés y niños pequeños ya que ellos no perciben la sed como un síntoma de deshidratación, luego hay que estar al tanto para que no les falte este preciado elemento natural. Al ofrecerles agua mineral nos olvidamos de tener que hervirla conservando todos los nutrientes y minerales que de por sí tiene. A medida que nuestro hijo crezca no podremos estar constantemente recordándole que debe beber agua por eso debemos de preocuparnos de que porten un botellín de agua para ello, así poco a poco iremos creando el hábito en el niño. De esta manera podrá beber en cualquier momento y lugar.
Cuanto más mayor se haga más actividad tendrá, empezará a practicar deportes o a hacer excursiones, conllevando a un desgaste físico y a la pérdida de agua, si les damos un botellín de agua estaremos cuidado su salud permitiendo que esté hidratado cuando sienta sed o tenga que recuperarse. A la hora de estudiar es importante, también, que cuente con agua cerca ya que su capacidad de concentración con deshidratación puede descender hasta un 15% y su memoria a corto plazo hasta un 10%. Luego en épocas de exámenes es imprescindible estudie donde estudie que cuente con una fuente de agua.
Aún con todo lo expuesto lo más importante es dar ejemplo y si sus progenitores se preocupan por la hidratación ellos lo aprenderán rápido.