Los restos atestiguan el origen prehistórico de los primeros pobladores

Benassal ha sido protagonista de los cambios producidos en la comarca durante la historia.

El poblamiento del territorio es antiguo. Encontramos yacimientos que van desde el Paleolítico hasta la época islámica, como lo demuestran las pinturas rupestres del Rincón del Nando, los restos ibéricos del Castillo de Corbó, hornos de fundición a la Masía de Forés, alquerías islámicas, etc. De hecho, la intensidad de la islamización ha dado pie a la pervivencia de una gran cantidad de topónimos. El propio nombre de Benassal (etimológicamente significa “hijo de Alano”, aunque otras interpretaciones afirman que significa “el hijo del melero”) lo demuestra.

Con la conquista de Jaime I, Benassal será cedida a Blasc de Alagó el cual otorgaría el tres de enero de 1239 carta de población a favor del caballero de Aitona, Berenguer de Carratalà.

El nuevo municipio cristiano, creado a partir de la Iglesia y del castillo de La Mola, se expandirá tras la breve etapa de los templaris (1303-1319). Posteriormente, al 1320, se fortificó bajo el dominio del orden de Montesa, y permanecerá hasta 1560, año en que la villa se incorporó a la corona real.

La Tenencia de Culla, de la que formaba parte Benassal, se organizó como encomienda independiente y autónoma. A principios del siglo XVI, Benassal recibía el título de villa muralla y se organiza como comada separada de Culla. Sin embargo, en este siglo Benassal irá recuperarse de la merma poblacional del siglo XIV y XV y se desarrollarán la ganadería, la agricultura y las manufacturas de lana.

Al siglo XVIII, la Guerra de Sucesión dejó secuelas importantes tanto al País Valenciano como Benassal. El apoyo dado a los borbons en Benassal no reportó sino espolios y desencantos.

No obstante, a lo largo del siglo XVIII el crecimiento demográfico y la prosperidad económica continuaran el ritmo anterior.

Este aumento de Benassal (dos mil habitantes a principios de siglo XIX) no será frenado por el saqueo de las tropas francesas la 1811 en la Guerra del Francés , ni tampoco las Guerras Carlistas.

El crecimiento estuvo basado principalmente en la agricultura, la ganadería, las manufacturas téxtils, el comercio y un incipiente turismo. Las masías llegan a los 150 el 1877 y Benassal se aproxima a finales del siglo XIX a los 3000 habitantes, la suya más alta población. Además, La Fuente en Segures pasa a ser referente y un núcleo turístico muy importante.

Durante el siglo XX, la guerra civil y la emigración serán dos hechos importantes. Esta última, mediando un estilicidio constante, reducirá la población de Benassal a la mitad. sin embargo, la consolidación de la Fuente en Segures como referente turístico y de salud garantizará una actividad turística importante por la economía del municipio.

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